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miércoles, 13 de abril de 2016

2. Historia de los materiales.

2.1 El amianto
El amianto es una fibra mineral larga, resistente y flexible, también llamada asbesto que ya empezó a usarse en la Antigua Grecia por las propiedades que presenta (excelentes propiedades mecánicas, aislantes, químicas, de resistencia al calor y a las llamas), pero fue en la Revolución Industrial a partir de 1900 cuando empezó a usarse realmente y se comenzaron a explotar los yacimientos de este material que en un principio no presentaba problemas. Durante la segunda Guerra Mundial y los años posteriores desde 1930 hasta 1970, es cuando se produce el mayor uso del amianto tanto como material de construcción como en la marina militar.
A partir de los años 70 su uso decae en EEUU y a partir de los 80 también lo hace en Europa, y es prohibido en algunos países. En España no llega su prohibición hasta 2012.

Imagen de fibras de amianto

 2.2 Cementos aluminosos
Las primeras construcciones de hormigón aluminoso en España se realizaron para obras públicas como presas o canales. Hasta los años 50 no se empezó a utilizar dicho material en edificios residenciales e industriales.
Este material ha sido un producto de calidad en cuanto a su fabricación pero con defectos de uso. En los años 60 hubo una gran demanda de viviendas, debido a que la mayor parte de éstas fueron destruidas en la guerra civil, por lo que el uso del hormigón aluminoso hizo que estas construcciones estuvieran realizadas en un corto periodo de tiempo gracias a su rápido endurecimiento.
Los problemas han venido años después cuando se han evidenciado los problemas por aluminosis.

2.3 Tuberías de plomo
El plomo se produjo abundantemente en el imperio romano, en principio como un subproducto del proceso de obtención de la plata, pero luego con producción propia llegando a una producción de 80.000 toneladas métricas por año.
Éste metal se utilizaba junto a otros materiales en la red de abastecimiento de agua de las ciudades romanas.
Para realizar las tuberías el plomo se vertía en láminas de una longitud uniforme formando placas rectangulares enrolladas en forma ovoide, que eran dobladas para formar un cilindro y se soldaban con un cordón de soldadura longitudinal.
Algunos historiadores creen que el elevado número de casos de envenenamiento por plomo pudo haber contribuido a acelerar la decadencia del imperio romano. Además de las tuberías se usaban ollas de plomo para hacer el vino, los acueductos conducían el agua por tuberías de plomo y muchos platos de la cocina romana eran endulzados con acetato de plomo.
Las tuberías de plomo dejaron de usarse en la construcción en 1980, pero en algunos inmuebles antiguos siguen instaladas.

Imagen de tuberías de plomo romanas